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10.4.12

CINEMACRITICSOUND // David Fincher: El sonido de las sombras. Parte 1

El director David Fincher

La otra vez me quedé en casa de una gran amiga. Estábamos a punto de dormir, pero en la tele estaba "Kill Bill, Vol. II" Nos quedamos a verla y a pesar que no sea mi trabajo favorito de Quentin Tarantino, porque la primer parte prometía demasiado y le segunda se quedó en un intento. Conserva una de las mejores cualidades del director oriundo de Tennessee: aplicar en el momento exacto, la música perfecta. Lo pensé cuando mirábamos la secuencia anterior a la ansiada muerte de Bill (sorry, spoilers si no la han visto).

La rola es "About Her" (básicamente un extracto con hip hop, de "She's Not There", de The Zombies), de uno de los managers más cabroncillos en la historia del rock, Malcolm Mclaren, de los Sex Pistols. Quien además fue un tipo genial para hacer negocios y como solista, tuvo bastante éxito, al experimentar con distintos géneros (la prueba es esta cancionsota).

El punto es que Tarantino, supo meterla en el momento ideal de la película: Con The Bride (Uma Thurman), esperando a que su hija se duerma para ir a acabar con su amado, Bill (David Carradine, RIP). Incluso tuvo el atrevimiento de dejar correr toda la rola, acción muy difìcil de lograr en el cine, porque puedes aburrir al espectador o distraerlo de lo que está viendo. Pero con Tarantino, no pasa, al contrario, te acerca más a lo que ves en pantalla.

No voy a hablar de Tarantino (porque además todos hablan de él), pero lo recuerdo porque es uno de los pocos realizadores que logran esta difìcil tarea en el cine. Otros como Martin Scorsese, Brian De Palma o más recientemente, Paul Thomas Anderson y Spike Jonze, también se rifan con una sencillez, que da envidia de la grande. Pero en esta ocasión, es el curioso caso de David Fincher, quien merece nuestra atención en esta columna.

Fincher, nacido en Denver hace casi 50 años. Comenzó dirigiendo videoclips pop para Madonna, Michael Jackson, Paula Abdul, George Michael o Aerosmith (para mí después de los 70, se hicieron re pop). Fue quizá la herencia de esa estética, lo que hace tan particular a lo visual en su cine.

Cualquiera que haya visto algo de Fincher, podrá notar siempre ambientes sombríos, una especie de imagen sepia (debe ser su filtro favorito para filmar), con personajes igual de oscuros, guiones llenos de las más profundas perversiones humanas y por supuesto, una música que va de la mano con todo lo que vemos.

Su ópera prima, es considerada un largo muy chafa, culpable del inicio del fin de la prometedora saga de Alien, comenzada por Ridley Scott y continuada por el sobrevalorado, James Cameron. Se trata de "Alien 3", y la verdad es que el último culpable que esta cinta haya salido como un churro más de ciencia ficción, es David Fincher. Puesto que él había creado un filme con las características que describí arriba: se dedicó a retratar más la condición humana y retornar a lo hecho por Scott en la primera, sobre el miedo a lo desconocido. Lamentablemente el estudio le cortó todo, la editó muy mal y dejaron en aquel entonces, al joven director con ganas de tirar la toalla en esto del cine.

Por suerte para todos, decidió seguir y es a partir de su filme "Se7en", con Brad Pitt y Morgan Freeman, que esta unión de música e imagen se mezclan a la perfección. No en vano, la película inicia con un remix a "Closer" de Nine Inch Nails (para esa amistad colaboradora entre Reznor y Fincher, favor de checar la segunda parte, la próxima semana), perfecta para las imágenes desagradables creadas por uno de los asesinos seriales ficticios, mejor escritos en la época del cine hipermoderno.

David Fincher tiene la enorme capacidad, de agarrar música de los 60 ó 70, que en esa época era medio fresa o hablaba de amor, buena vibra y felicidad, pero meterla en sencuencias tétricas. Así como otras noventeras (NIN es un claro ejemplo), que pertenecían a la llamada Generación X. Sin detenerse a pensar en los géneros musicales a los que perteneciera la música, Fincher sólo buscaba que de alguna forma se escuchara bien con la imagen mostrada.

El poster de esa afamada pelicula
Así "Se7en", tiene canciones de Marvin Gaye, Billie Holiday, Love Plus One y hasta Gravity Kills. A eso, se le añade el OST de Howard Shore y se tiene uno de los mejores thrillers de los 90. Esta sordidez audiovisual se reforzó dos años después, en 1997, con su siguiente experimento: "El Juego" ("The Game").


Con Michael Douglas y Sean Penn de protagonistas, esta especie de perversa tragicomedia de humor negro, lleva a través de la música incidental (nuevamente de Shore) y canciones de todo tipo, a los espectadores a un juego de emociones, mismas sentidas por el protagonista ante de la mente enferma de su hermano. La idea de encierro, de nuevo esa iluminación tenue que provoca cierta incomodidad y los personajes llenos de intrigas, se complementan con canciones de The Rhythm Lords, The New Classic Singers, Jefferson Airplane, entre otros.

Es aquí donde digo, "Stop". Justo el inicio de quizá, la rola más comercial de los Pixies, "Where's My Mind". Canción que tuvo un revival gracias a una de las obras más conocidas, choteadas, pero ya clásicas, de Fincher: "Fight Club". Pero sobre ésta y el reinado oscuro que permea los filmes de este director, hablaré en la siguiente columna.



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