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Cartel de esta gran pelicula |
Por: Jimena Polanski
Hay películas que vale la pena recordar, no sólo por la manera en la que fueron hechas o el aire retro y de nostalgia que traen consigo. Sino por todo el bagaje musical mostrado en éstas y la importancia como documento del rock que pueden llegar a tener con el tiempo.
Ya ubicada en el cine hiper moderno (una definición dada por Gilles Lipovetsky a las películas realizadas actualmente), apareció en el año 2000 el filme "Casi Famosos" ("Almost Famous"). Dirigido por un hombre que es una especie de diccionario del rock, Cameron Crowe (quien además fuera importante colaborador para Rolling Stone), se trata de una película completa en todos los aspectos y que no debe pasar desapercibida para quienes aman el género.
En una especie de autobiografía, Crowe cuenta la historia de William Miller (Patrick Fugit), un aspirante a periodista de rock, quien logra una oportunidad para la revista Rolling Stone, escribiendo un diario sobre su experiencia con Stillwater, banda nueva con cierto éxito. Ahí vivirá la experiencia de un rockstar, sin necesariamente serlo, pero sobre todo conocerá el amor… el amor imposible de Penny Lane, pseudónimo utilizado por una de las groupies consentidas de la banda, interpretada (en uno de sus pocos papeles decentes), por Kate Hudson.
La belleza de este filme no sólo recae en el revival que trae del rock de los setenta, la moda, la forma de ser, la ruptura del pensamiento conservador, sino en que tiene referencias musicales que pocos han logrado. Y éstas son tan sutiles, que podrían pasar desapercibidas. Así encontramos momentos para Led Zeppelin, Pink Floyd, The Allman Brothers Band, Buddy Holly y Humble Pie.
Personajes como Russell Hammond, como el típico rockstar que ya con tantito éxito se le sube y se cree la gran mierda (como muchos aquí en México), el de el mismo Miller, como el periodista lleno de sueños, ideas, ilusiones sobre el mundo del rock n’ roll o el pequeño rol de la hoy reina de los hipsters y chairos, Zooey Deschanel, como Anita Miller, la hermana mayor de William, como la chica rebelde, inspirada por el rock que se va de la casa para convertirse en una aeromoza.
Pero lo mejor de la película, es el siempre genial, Philip Seymour Hoffman, como Lester Bangs, uno de mis ídolos en esto de la escritura del rock, quien trabajara para, precisamente la Rolling y Cream, dos de las revistas sobre música más importantes en la historia y que se avienta uno de los mejores diálogos en la cinta, junto al personaje de William Miller, que todos los que andamos en esto del periodismo y convivimos/aguantamos/toleramos a los rockeros debemos grabarnos bien (haré mi mejor traducción):
Bangs: Ay, hombre. Te hiciste amigo de ellos. Mira, la amistad es el alcohol con que te alimentan. Quieren empedarte y así sientas que perteneces.
Miller: Bueno, fue divertido.
Bangs: Te hacen sentir que eres cool. Y oye. Yo te conozco. No eres cool.
Miller: Lo sé. Incluso cuando pensé que lo era, sabía que no lo era.
Bangs: Eso es porque nosotros somos uncool. Y mientras las mujeres siempre serán un problema para nosotros, la mayoría del mejor arte del mundo es sobre ese mismo problema. La gente bonita no tiene carácter. Su arte nunca dura. Ellos se quedan con las chicas, pero nosotros somos más inteligentes.
Miller: Es lo que puedo ver ahora.
Bangs: Sí, el gran arte se trata de conflicto, dolor, culpa, nostalgia y del amor disfrazado de sexo y el sexo disfrazado de amor. Y afrontémoslo: tú arrancaste con muy buena ventaja.
Miller: Me alegra que estuvieras en casa.
Bangs: Siempre estoy en casa. Soy uncool.
Miller: Yo también.
Bangs: La única moneda de verdad en este mundo en bancarrota es lo que compartes con alguien cuando eres uncool.
Miller: Me siento mejor.
Bangs: Mi consejo para ti. Sé que piensas que estos tipos son tus amigos ¿Quieres ser su amigo de verdad? Sé honesto y sin piedad.
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Lester Bangs en está mítica escena |
Cintas de rock, de la vida de rockstars, de las groupies, de los periodistas, hay muchas, pero "Almost Famous", es una especie de tragicomedia, que hace reír a quienes están alejados del famosamente conocido mundo de Sex, drugs and Rock n’ Roll, hará llorar a los que ya estamos inmersos en esta onda y seguramente, reflexionar a los que quieran meterse en esto, lo cual, al final de la historia, no es tan cruel, pero tampoco tan divertido como parece.
Y si su sueño es encontrar en este ambiente, a una Penny Lane, conocer e involucrarse con su banda favorita o simplemente les late demasiado (como a mí), escribir sobre rock y todos sus demonios, la neta, es que no es imposible y la prueba está en esta película… porque la época retratada sea la de los setenta y hoy vivamos en un la era de la tecnología, todas las posibilidades, bla, bla, bla: el fondo de este asunto, sigue siendo el mismo y como la moda, todo se repite o se conserva.