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16.2.12

HOMO STUPIDENS // En culos se rompen géneros

SIn duda alguna los culos siempre darán de que hablar y más si es por envidia.
Por: Ana Rchy 

Para la P.S.K.Y. 

Una buena amiga escribió en su muro de Facebook algo que el más inepto de sus conocidos le preguntó: “¿Y a quién le das las nalgas para tener tu trabajo?”. Huelga decir que mi conocida, de quien omito su nombre para que sea ella quien lo revele si lo considera pertinente, es reportera de una revista en la que continuamente la envían a cubrir conciertos, entrevistar bandas y ver películas. Sobre todo eso ella escribe y le publican.

No soy feminazi, término acuñado por otra buena pandilla de cábulas para referirse a aquellas mujeres cuyos cuerpos y mentes parecen haberse barnizado con repelente de hombres y encuentran en cualquier manifestación masculina una abierta agresión, por lo que no ahondaré en la carga sexista de la pregunta que le inquirieron a mi amiga.

Sin embargo, me sacó de onda muchísima que alguien considerara que para trabajar en lo que te place, haciendo lo que te gusta, disfrutándolo y divirtiéndote, sea considerado un privilegio tan fuera de la realidad que únicamente se explique a través de un intercambio sexual.

Se supone que estudiamos lo que estudiamos porque nos late, nos llena y nos alimenta como seres humanos. A los doctores les gusta curar personas; a los arquitectos construir edificios y a los rockstars hacer canciones, para ponerlo en el lenguaje más llano.

Sin embargo, los tiempos modernos nos han enseñado una cruel, triste y (aunque me niego a aceptarlo) inexorable lección: venimos al mundo a sufrir y cualquier intento por disfrutar de la vida será visto, dijera Michael Ende el autor de "La Historia Sin fFn, como un acto de traición. Prohibido soñar, sonreír y mucho menos, se entenderá como terminantemente ilegal que alguien encuentre un gozo en aquella actividad que por antonomasia debe representar un tormento: el trabajo.

Por suerte no todos piensan igual. Gustavo Cordera, quien fuera el vocalista de los argentinos de Bersuit Vergarabat, una vez me contó que trabajó en un lote vendiendo autos hasta que encontró su camino en el rock. Ozzy Osbourne dijo que hubiera terminado como delincuente juvenil de no haber sido porque quiso convertirse en uno de los Beatles y Brian Warner fue un periodista sin brillo hasta que se subió a un escenario con el nombre de Marilyn Manson. Todos ellos, en especial los dos últimos ahora son millonarios aunque el dinero –estoy segura–nunca fue su principal motivación en sus años de juventud. Ya lo dijo Aristóteles: aquel que disfruta su trabajo nunca tendrá que trabajar.

Alguien me dijo una vez: cuando haces lo que te gusta, eres bueno por definición y el dinero llega solo. Creo que el Chicharito, Gabriel García Márquez, Tim Burton y otra serie de personas las que admiro; Madonna, Meryl Streep o la editora de Vogue, pueden dar cuenta de ello. Ya no hablemos de Thom Yorke o Beck.

No tienes que cogerte a nadie –aunque si alguien te gusta y tú le gustas, tampoco hay razón para que dejes de hacerlo– para obtener lo que quieres. Eso es lo que nos han ensañado, lo que quieren que creamos. Nos vienen con el cuento chino de que debemos estudiar la carrera que nos hará ricos, no la carrera que nos hará libres. Otro amigo me dijo:

“La vida es una mierda, por lo menos que sea la mierda que te gusta”.

Mi par, la que puso su estado en Facebook (¿sí se acuerdan de ella, verdad?), inmediatamente se autocitó para ilustrar su respuesta al mentecato: “Mira pendejo, lo que he logrado, las oportunidades que se me han brindado, son por constancia, dedicación y amor a lo que hago, pobre idiota... Además estás ciego, porque ni tengo nalgas”. Bravo.

¡Qué buen upper a la mandíbula! Ni Pacquiao. Pero además y con perdón de mi amiga porque se las he visto cuando se distrae, sí que tiene trasero y bastante hermoso. Y qué mejor que lo comparta con quien ella desee, cuando lo desee y sin que ello influya en lo gozoso de su labor profesional.

Vivé la Liberte. Además, aunque ella pecando de modestia diga que carece de nalgas, si algo me ha enseñado la falología –como denomino al estudio de los hombres– es que no importa las dimensiones, redondeces o textura de tu culo, siempre habrá algún tipo que se muera por él.

 ¿Le han echado un ojo al libro Culo, que el canadiense Raphael Mazzuco, fotógrafo oficial de los catálogos de Victoria Secret, publicó? En él, inmortalizó los traseros de diferentes famosas como Pamela Anderson, Lady Gaga, Fergie, Alessandra Ambrosio, Laura Bennett, Stacy Keibler, Nicole Scherzinger y Kate Upton, hasta reunir 248 páginas.

Culos que debiera canonizar el Papa. Al final, hasta a una se le hace agua la boca con tanta variedad. No cabe duda y con todo respeto para mi amiga: en culos se rompen géneros.

Aquí el video promocional de este libre que menciono.




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