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10.2.12

HOMO STUPIDENS // Bandas necias que acusáis al tiempo sin razón


Para mi propia banda, 
¿Qué hubiera pasado si hubiéramos pegado? 

Por: Ana Rchy

El otro día Fernando Aceves, omnipresente fotógrafo del rock en México que suele capturar con su lente la mayoría de los conciertos internacionales que Ocesa trae a México, twitteó algo así como: “bandas que no se dan cuenta que sus fans crecen y se quedan tocando solas”.

Tiene razón.

Estar dentro de una banda de rock representa muchas cosas que muy pocas veces toman en cuenta los quinceañeros imberbes que un buen día se encierran en el garage para torturar a los vecinos con los instrumentos que sus papás les compraron en el último día de Reyes.

Una banda de rock es, al mismo tiempo, una familia, una sociedad y una maldición. Lo peor que le puede pasar a una banda es “pegar”, como se dice coloquialmente. Conseguir el éxito, la popularidad y el dinero casi siempre encierra la toma de una elección: vivir de la música. ¿Por cuánto tiempo?

El problema es que no muchos músicos cuentan con la sabiduría para administrar ese éxito y pensar en una eventual jubilación.


¿La gente dejó de aplaudir?

Ayer Vicente Fernández anunció su retiro de los escenarios. Para el Charro de Huentitán no supone un problema digno de consideración. A estas alturas dispone de suficiente dinero para encerrarse por los días que le queden por vivir en su rancho Los Tres Potrillos para rascarse el ombligo antes de cada comida. Ni siquiera creo que extrañe a las groupies, porque durante sus años de esplendor el hombre debe haberse follado al equivalente en mujeres de la población de cualquier delegación política del DF. Bien por él, provecho. Además las regalías de sus canciones proveerán su fortuna personal de suficientes ceros como para que los nietos de sus nietos se saquen los ojos los unos a los otros para quedarse con la herencia.

La diferencia estriba en que el público de Vicente Fernández envejeció con él pero eso no significó que dejaran de escucharlo, asistir a sus conciertos o comprar sus discos. Plus, como dirían los gringos, la mayoría de los chavos encuentran divertido cantar las canciones de Vicente cuando están borrachos, lo que representa una renovación de audiencia para él, aunque se trate de un público embrutecido por el tequila y el desamor.

Con el rock no es lo mismo.

De Señorita a "Seño" Cara de Pizza 

Aquí mismo en Caco And Roll se publicó esta semana una reseña en la que daba cuenta del concierto de Cuca en el Teatro Metropólitan. Nuestro enviado hizo hincapié en la edad de los presentes, que bien podía servir como muestra para un estudio científico de los “adultos contemporáneos”, con sus estrenadas calvas y lucidoras panzas.

Sin embargo, había pocos jóvenes por la sencilla razón de que ellos tienen “su rock”, en el que el sentido del humor socarrón y noventero de Cuca no tiene cabida. Y eso que a José, Nacho, Galo y Carlos les va bien, porque siguen tocando en el Metropólitan.

Pero, ¿alguien se enteró que Kenny o Ritmo Peligroso se presentaron recientemente en el DF?

Por ahí me dijeron que casi hicieron realidad la frase de Fernando Aceves. ¿Dónde quedaron aquellos adolescentes ochenteros que se zangoloteaban como posesos escuchando "Me Quieres Cotorrear" o "Déjala Tranquila"?

Sin duda del público de Kenny en los ochenta no queda mucho

Muchos de ellos, encorbatados ellos, entubadas ellas (pero en el cabello, no en la tráquea), decidieron que ya están viejos para rockear o simplemente ven con resignación como la quincena es devorada por las colegiaturas de los niños en vez de mantener a una pléyade de músicos de antaño.

El otro día, cerca de mi casa, vi anunciados a Los Locos Del Ritmo y otras agrupaciones supuestamente decanas del rock mexicano, anunciadas en un restaurante de mariscos de poca monta.

Cuando el éxito llega las bandas se la creen, pero dicen los Caifanes: "Mira que la vida no es eterna, en cualquier momento y nos olvida". Y Marilyn Manson está a punto de tragarse su propia canción: "Ellos te aman cuando estás en las portadas; cuando no, ellos amarán a otros".

Un 69 nada sexual

Pero no todo es tan negro en el panorama. Hay quienes supieron administrar su legado, mantenerse vigentes y convertirse en lo que muchos identifican como “una leyenda”. Entonces estás condenado a ser el abuelito que cuenta siempre la misma anécdota en las reuniones familiares, la pieza de museo que todos se mueren por ver aunque cuando menos seguirás siendo objeto de admiración y llenarás tus conciertos. Álex Lora, por ejemplo, jamás dejará de cantar "Las Piedras Rodantes" pero todavía hace dos años compartió cartel con A Place To Bury Strangers en el primer (y único) Festival Sonorama.

El Tri de Alex Lora supo renovarse y más que nada reciclarse para seguir llegando a nuevas generaciones.

Hoy por la noche Paul McCartney presentará su nuevo disco "Kisses On The Bottom" con un concierto digital. A pesar de sus 69 años el señor se mantiene fresquecito (parte por su estilo de vida saludable y actitud ante la vida) y aunque parezca que el tiempo no pasa por él y de verdad es muy importante para las mayorías que grabe un nuevo álbum… la verdad es que en sus conciertos todos acabaremos sacando el encendedor o el celular –dependiendo de la generación– para corear "Hey Jude".


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