Por: Jimena Polanski
- Forever?
- What?
- Forever and ever?
- Forever and ever…
Para quienes no lo identifiquen, este es el diálogo tal vez más importante, entre Miriam y John Blaylock, dos vampiros interpretados respectivamente por la siempre sensual, Catherine Deneuve y el hombre que ocupa la columna de esta semana, David Bowie, en el clásico filme vampírico de 1983, "El Ansia".
Tomando como pretexto que ayer fue el cumpleaños número 65, de quien a mi parecer es el mejor músico en la historia del rock and roll (se reciben ataques de fans de The Beatles y Elvis Presley), pensé que sería agradable hablar de la importancia que el señor Bowie ha tenido no sólo en el aspecto musical, sino en el cinematográfico y visual. Si mencionara todos los soundtracks en los cuales ha participado, creo que sería demasiado largo y terminaría arruinando el breve homenaje que pretendo hacerle al Dorian Gray del rock, así que prefiero controlarme y recordar al Bowie actor, que dicho sea de paso, tampoco lo hace nada mal.
Comencé con una cita de "El Ansia", la cual además es la única película rescatable en la filmografía de Tony Scott (junto con "La Fuga"), porque el filme habla sobre la imposibilidad de la inmortalidad. Cuando oímos la palabra: vampiro, es inmediatamente lo primero que pensamos, pero ¿Qué pasaría si usted no es un vampiro de sangre pura? Es decir, si no nació con ese don/maldición y fue creado por otro ¿Realmente vivirá por siempre? Y si lo hace, ¿bajo qué condiciones? Esta premisa es de lo mejor que se pudo presentar en el cine vampírico de los 80 y aunque la cinta se cae en algunos momentos, tiene tres secuencias memorables, dos con música de Bauhaus e Iggy Pop y en las tres, el personaje principal es Bowie, ¿casualidad? No lo creo.
Además está el plus de ver a Bowie como vampiro, papel que le queda a la perfección, casi tanto como el que realizó en "Laberinto" (1986), como Jareth, el Rey Goblin, al lado de la hermosa, Jennifer Connelly. Este filme de fantasía es quizá lo más oscuro que realizó Jim Henson (así es, el creador de los Muppets), en toda su filmografía y se trata de un trabajo para niños que los adolescentes y adultos disfrutamos e incluso, entendemos más que cualquier chamaco. El diseño de producción, los vestuarios, las criaturas y sobre todo, el peinado del Rey Goblin, son elementos que la hacen una gran película fantástica de los 80, tal como lo fueron "Leyenda" (1985) o "Willow" (1988). Bowie hace un papel excelente como villano y en este caso, regaló cuatro temas para la cinta: "Magic Dance", "As The World Falls Down", "Within You" y "Underground".
"Te amo absolutamente, pero somos absolutos principiantes...": Es la letra de una de las mejores y más representativas canciones que Bowie escribió en los 80, "Absolute Beginners", misma que da título a este musical de rock de 1986, dirigido por uno de los principales realizadores de videos, documentales y recopilaciones de rock, Julien Temple. En este caso Vendice Partners, el personaje de Bowie, aparece como un tipo de “El Pachucho” en Zoot Suit (1981), es decir, está ahí, convive con los personajes, pero realmente no es parte de la trama como tal.
La película no sólo funciona como historia de amor, sino también como una crítica al racismo que aún predominaba a finales de los 50 (época en la que está ambientada) y es uno de los pocos musicales que respeto y me hacen bailar, sobre todo, porque la mayoría de las canciones fueron hechas por el mismo Bowie.
Los tres filmes antes mencionados, son de lo mejor que he visto en la carrera como actor del inglés, sin embargo quizá su incursión más importante y memorable, fue en "El Hombre Que Cayó A La Tierra" (1976), una gran película de ciencia ficción, a la que pienso, le falta mucho reconocimiento, sobre todo porque fue dirigida por el siempre preciso, Nicolas Roeg ("Performance", "Don’t look now") y el personaje de Thomas Jerome Newton, como un alien que es puesto a prueba por la mierda humana en la que ha caído, es entrañable.
David Bowie ha participado en más de 20 filmes. Otros títulos de su filmografía que vale la pena mencionar (y echarles un vistazo), son "Basquiat" (1996), de Julian Schnabel, "La Última Tentación De Cristo" (1988), de Martin Scorsese, "Twin Peaks: Fuego Camina Conmigo" (1992), de David Lynch, "Merry Christmas, Mr. Lawrence" (1983), de Nagisa Oshima, y más recientemente "Arthur Y Los Minimoys" (2006), de Luc Besson, para la cual prestó su voz y "El Gran Truco" (2006), de Christopher Nolan, donde aparece como Nikola Tesla.
En estos 65 años de vida, Bowie ha demostrado no sólo que es inmortal (lo es, estoy segura), sino que es un artista en toda la extensión de la palabra, ya que puede hacer de todo, hacerlo bien y sobre todo, seguirnos sorprendiendo con su genialidad, carisma y presencia inigualable.
Estoy segura que nos queda mucho Bowie para rato, sin importar que él diga que se retira y ojalá esta estancia sea tanto musical, como actoralmente.
Sólo me queda desearle un feliz cumpleaños atrasado a la mente más brillante, voz más melódica y cara más perfecta, que Brixton ha producido (aunque él nunca lo lea), así que: ¡Felices 65 años Mr. Robert Jones!
¡Ah! Lo olvidaba, Bowie también dio otra enorme aportación al cine. Su hijo Duncan Jones, director de una de las últimas grandes películas de ciencia ficción, "Moon" (2009) y quien ojalá, un día de estos, se anime a trabajar con su padre.