Una de las tantas portadas que se han hecho para este clásico |
Por: Jimena Polanski
La famosa leyenda alemana de “Fausto”, es una de las más llamativas lecciones para la humanidad, cuando hablamos de hombres que en la búsqueda del poder, riqueza o amor, llegan al extremo y terminan perdiendo la batalla contra uno de los enemigos míticos más cabrones de la humanidad: el diablo.
Por su contenido, su clásica moraleja y porque hay historias que siempre valdrán la pena contarse (sin importar cuántas vences se repitan), la historia de Fausto, el hombre que deseaba un conocimiento infinito, mismo que lo llevaría a pactar con Satanás, ha sido retomada en la literatura, la pintura, escultura, música y por supuesto, en el cine.
Es quizá el “Fausto” de Wolfang Von Goethe, la obra trágica más recordada y donde mejor se retomó la historia de un brillante hombre de ciencia y su contacto con Mefistófeles, el demonio con el que hace un trato el cual lo llevará a la perdición (no es spoiler, porque esa obra es básica y ya debieron leerla).
En la música, podemos encontrar referencias desde la clásica ópera de Charles Gunoud con el mismo nombre, pasando por bandas que tomaron el nombre como los clásicos Faust, de Alemania, quienes son uno de los grupos más importantes del Krautrock, junto con Kraftwerk y Tangerine Dream, hasta llegar a menciones en canciones de bandas y solistas tan distintos entre sí, como Radiohead, Tom Waits, Frank Zappa, Gorillaz o Cradle of Filth.
En el cine, el gran Georges Meliès jugó mucho con este personaje y el del Diablo en varios de sus cortometrajes. En 1926, como parte del movimiento expresionista alemán, F. W. Murnau, realiza la hoy clásica película homónima. Luego, como decía, la idea se ha adaptado en un innumerable cantidad de filmes, donde cabe destacar, “Mephisto” (István Szabó, 1981), “Hellraiser” (Clive Barker, 1987) y la cinta fuera de este mundo, “Fausto” (1994), del siempre genial, Jan Svankmajer.
Pero una película que vale mucho la pena mencionar y dedicarle la columna de hoy, es “El Fantasma del Paraíso”, octavo largometraje de Brian De Palma, prometedor realizador de los setenta y los ochenta, que nunca recuperó su frescura e imaginación después.
El poster de este filme |
Hecho en 1974, este filme no sólo narra la historia de Fausto de manera novedosa, sino que la mezcla con elementos de "El Fantasma De La Ópera" (obviamente), "Frankenstein", "El Retrato De Dorian Gray", y mucho cine de los sesenta, además de tratarse de un musical de rock, que supera en todos los aspectos al muy sobre valorado, "El Show de Horror De Rocky" (Jim Sharman, 1975) y contiene referencias a la vida llena de excesos de todo tipo que los rockstars de aquel entonces (bueno, y los de ahora), llevaban.
La historia comienza con Winslow Leach (William Finley), un talentoso compositor que no posee la imagen o la voz para triunfar en el mundo de la música. Cuando el famoso y misterioso, Swan (Paul Williams), lo descubre, decide hacerle creer que lo llevará al éxito, sin embargo lo engaña y roba su música. Frustrado y aún ingenuo, Winslow decide buscar a Swan, pero se enfrentará a una serie de situaciones que lo llevarán a convertirse en un ser deforme, lleno de odio y venganza.
La premisa sonará común, pero la forma en que De Palma construye a sus personajes, acciones y vivencias a lo largo de la cinta, la hacen única. Tiene elementos de terror, suspenso, comedia, acción y hasta romance, lo cual resulta en un producto muy disfrutable. Además no es como los típicos musicales donde de la nada todos se ponen a cantar, aquí las rolas entran en el momento adecuado y funcionan mejor que cualquier diálogo.
A todos los elementos ya mencionados, podemos agregar que sin duda gozarán el psicodélico diseño de producción, lleno de homenajes a la música, no sólo de la década de los setenta, sino desde los cincuenta, con los inicios del rock y su evolución hasta ese momento.
El soundtrack corrió a cargo de Paul Williams, quien hacía un buen de rolas súper fresas, pero con De Palma demostró ser un músico versátil y escribió, produjo y cantó algunas de las canciones que suenan en la película. Como plus, el cantante se rifó en su papel de Swan, haciendo uno de los mejores villanos jamás vistos en un musical.
Vale mucho la pena darle un vistazo a este filme, no sólo porque es de los pocos musicales de rock que existen (desde mi perspectiva es el mejor), sino por la crítica llena de humor negro que hace del mundo rockero, el cual puede resultar tan culero y banal como el del pop.
El soundtrack es simplemente excelente, lleno de composiciones musicales dignas de ser recordadas e incluso covereadas (sería muy interesante). Y finalmente, es el homenaje moderno más extravagante que alguien pudo hacer a la historia de Fausto, porque no sólo se queda el aspecto visual, sino que le da el mismo valor al aspecto sonoro, y eso muy pocos pueden lograrlo.
Trailer de "El Fantasma Del Paraíso"
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