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24.1.12

2 X 1 // Sin dolor no hay Rock N Roll

Jim Morrison cuando las drogas comenzaban a comsumirlo a el y no viceversa.
Por: Ximmo 

“Si no duele, no sirve”, generalmente es una frase utilizada en un ámbito más deportivo, ya saben, por eso de los dolores musculares y cosas por el estilo de las que no pienso desarrollar al por mayor. Sin embargo, son palabras que cobran sentido para cualquier esfera en el desarrollo humano. 

Enfoquémoslo ahora a lo que realmente nos trae a esta página ;), la música. Ya sean bandas “clásicas”, músicos experimentales e innovadores, agrupaciones “one hit wonder”, o intérpretes underground, todos tienen un punto en común: Esfuerzo, dedicación y sí… dolor. 

Detrás de todo el Rock n’ Roll life style de “sexo, drogas y alcohol” se encuentra una maraña de hilos indescifrables escondidos en la psicología del individuo, en este caso, de los músicos. Los detonantes para que estos tres elementos “básicos” cuando hablas de la vida del rock and roll, se desatan por problemas contra miembros de la banda a causa de estrés, cansancio físico y/o emocional, así como las broncas existenciales que, como todo mortal, se llegan a tener en la vida. ¿Ejemplos? Hay muchísimos.

Sin lugar a dudas el club de los 27 (músicos que murieron a la edad de 27 años) entre ellos Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Jim Morrison, Kurt Cobain, la recién llegada (aunque no por todos aceptada) Amy Winehouse, forma parte oficial de esta situación. Fama no querida, simples adicciones y gustos culpables los orillan a buscar una escapatoria que muchas veces es la última salida. 

Amy Winehouse, la integrante más reciente del club de los 27

Aunque claro, a toda regla hay una excepción. Los zombies del rock también han tenido sus deslices. Ejemplo de ello el bajista del Glam Crüe, Nikki Sixx (Mötley Crüe). La afición que tenía Sixx de sentirse “laboratorio Mi alegría” gracias al abuso de drogas provocó en su cuerpo una devastación. Tras la sobredosis que lo declaró muerto durante 5 minutos y lo trajo de vuelta a la vida después de inyecciones de adrenalina en los locos días del 87, Nikki obtiene una segunda oportunidad, se rehabilita y continúa con el show. 
 
Y es que realmente el rock and roll no se disfruta si antes no pasaste por “penumbras”. Situaciones extremistas o no pero en definitiva que te dan un golpe en el estómago y cuando vuelves a respirar, sabes que debes hacer algo al respecto. 

Nikki Sixx, murió y vivió para contarlo.

Fracasos, bajadas del escenario, rumores, malos discos, críticas, toda una ola de atención repentina que puede desatar un desequilibrio en cualquiera que no esté preparado. Y aún así, continuar con él. 

Como dirían, rockanrollear es un lujo. No todos los músicos son escuchados, no todos tienen la oportunidad de hacer y vivir por lo que realmente les gusta y ser retribuidos monetariamente, no todos tienen la garra para continuar con el sueño a pesar de las dificultades que se la vida les presente. ¿qué más queda? Aprovechar. Explotar ese lujo y ese proceso doloroso. Esas caídas y demás tropiezos. Abrazar el triunfo al final. Digo, si ya tienes la oportunidad, aguanta todo el dolor suficiente, al final de cuentas servirá…



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